Dhyána es un estado de superconciencia, obtenido por la supresión de la inestabilidad de la conciencia. El término “meditación” no es correcto, pero como fue universalmente aceptado, no vamos a excluirlo.
Mediante técnicas de concentración y saturación mental sobre un mismo objeto, que puede ser un yantra, un mantra u otro.
Aumenta bastante, pues comienza a fluir sin las restricciones intelectuales, de la lógica, de la memoria o de las asociaciones.
Samádhi es un estado expandido de conciencia, también llamado hiperconciencia. Puede ser alcanzado después de muchos años de práctica de Yôga. Hay varios tipos de samádhi.
No. Todos los practicantes de Yôga pueden alcanzar el sabíja samádhi. Algunos precisarán más tiempo, otros menos. El nirbíja sí es más difícil, y hace de quien lo alcanza un Gran Maestro, pero en Occidente, existe el riesgo de que sea encerrado en un manicomio.
De ninguna manera. Samádhi es un estado que solo el Yôga proporciona. Yôga es un darshana del hinduismo. Nirvana es un término budista, y el budismo es una herejía del hinduismo. Además, la raíz sa significa “con” y la raíz nir, ¡lo opuesto! Solo occidentales muy legos cometen la “gaffe” de confundir los dos, considerando que “todo lleva al mismo lugar”.
Yôga es cualquier metodología estrictamente práctica que conduzca al samádhi. Quien la escribió por primera vez fue el Preceptor DeRose. Regístrese el hecho, ya que muchos conceptos de ese Maestro fueron usurpados por instructores de varios países que repiten sus enseñanzas sin citar la fuente.
Después de cierta edad, ya no hay energía o tiempo suficiente para alcanzar ese estado expandido de conciencia. Una vez alcanzado ese estado, se preservará con cualquier edad.