El primer criterio tiene en cuenta el equilibrio vertebral y el movimiento espinal. El segundo considera la fuerza de atracción de la Tierra y su influencia en la circulación sanguínea.
Las mejores Escuelas utilizan solo uno de los dos criterios. En la práctica, sin embargo, la mayoría no utiliza ningún criterio.
Para una práctica completa de SwáSthya Yôga, el número mínimo de ásanas es ocho, pues deben considerarse los ásanas de los angas iniciales (mudrá, pújá, mantra y pránáyáma) y del yôganidrá.
El máximo posible, dentro de lo razonable.
Hay muchos. Uno de los principales determina compensar las flexiones o torsiones con idénticos ejercicios para el otro lado. (Excepción: en las coreografías se puede apelar a una licencia artística, compensando con ásanas similares, siempre que eso se haga con sentido común.)
Las primeras consecuencias se manifiestan en el área muscular y articular. Si el practicante sigue ejecutando la serie mal balanceada, podrán surgir problemas de columna. Después, los órganos internos, la circulación, el sistema endócrino, etc., podrán resultar afectados.
Sí. Existen serias incompatibilidades entre algunas categorías de técnicas, que solo el tiempo y la experiencia podrán enseñar, pues no siguen ninguna regla precisa. De ahí la necesidad de un Supervisor.
Son obligatorios. Deben enseñarse en todas las clases. Constituyen una de las características principales de nuestro método.
Sí, el anga ásana entero y no solo sus minutos finales, de práctica libre.